De partida, el tema de apertura es lento. Sometimes anuncia una riqueza musical y una voz exquisita que no decaen en todo el disco. Un timbre jazzero que remite a la música negra, a las divas del pop, disco y soul , sobre todo a Diana Ross y a nuevos talentos que han traído el género de vuelta como Amy Winehouse. Cualquiera podría apostar que Young Wild Hearts podría tratarse de uno de esos discos atmosféricos, acústicos y relajados. Pero no, por suerte Sometimes es una hermosa previa porque lo que viene después es una verdadera fiesta y al mejor estilo setentero, con lentejuelas, flecos y afros, pero también con elementos actuales.
Don’t Upset the Rhythm es el primer single de la aclamada placa y su verdadero comienzo. Una explosión de disco, funk y electro, con un axioma que conservan hasta el final del disco: Don’t upset the rhythm, don’t you dare.
El tema que da nombre al disco es una fusión de soul con un beat yeah yeah sesentero y guitarras eléctricas que tempestuosas, entran por primera vez en la placa en gloria y majestad, perfectamente ubicadas, excelente gusto y reflejo de la producción de Jim Abbissus (Artic Monkeys).
Para ser un disco tan bien elaborado y con tanto feeling, Young Wild Hearts fue grabado sin que la banda tocara ni una vez los temas todos juntos. Todas las partes se encontraban por pistas en un computador y en palabras del batero “La idea era sentir como si estuviésemos haciendo covers de canciones que conocíamos muy poco, cosa que el disco sonara fresco y espontáneo. Fue genial grabar una canción diaria y no discutir nada al respecto”
24 Hours y Every Now and Then bajan un poco las revoluciones, con buenos juegos de voces y bellos arreglos orquestales.
Beat of my Heart parte con unas guitarras muy The Strokes, mezcla indie con un bajo y un beat profundos y desencadena una explosión en guitarras y un ritmo igual de electrizante, con un solo intenso, de esos en que la guitarra parece llorar. Es el latido de un corazón furiosamente enamorado y extasiado.
Atticus baja las revoluciones otra vez: jazzera , acústica, melancólica, es increíble cómo Shaniwa domina los matices. Según ella, el punto es que “crecí con música tradicional de Zimbawe que tocaban mis tíos. Estudié teatro musical, canté en coros, bandas de jazz y en una banda de covers de Diana Ross. Gracias a eso puedo envolverme en lo que sea, desde una dulce balada soul hasta el jazz o el ruidoso rock and roll.”
Never Forget You, otro single del disco, es sin duda uno de los mejores temas de éste. Sesentero, medio bluesero y con harto soul (en todos los sentidos que cobre la palabra), Winehouse se hace presente sobre todo desde el punto de vista de la composición de la letra que relata una historia, con la impecable interpretación de Shoniwa. Las guitarras eléctricas se escoguieron en la dosis perfecta. Más de éstas, los haría sonar como una banda de electro rock, menos, los haría un grupo más de soul o funk retro.
So Complicated vuelve a las influencias indies: pandero, beat y un riffs característicos de dicho estilo.
Saturday Night es otro de los highlights del álbum. Teclados, baterías programadas, una voz con actitud y pasajes que hacen imposible no evocar a bandas como The Rapture pero también a Blondie.
El disco cierra con Cheap Kicks, un tema con menos personalidad que el resto, pero que no por eso le quita magia a esta increíble placa que de seguro se convertirá en un clásico porque reconozcámoslo, hay que tener mucho “soul” para fusionar a Diana Ross, The Strokes, The Rapture y teclados extremadamente poperos en un disco. En palabras de la vocalista “No estamos tratando de estar a la moda. Queremos hacer música para todos, pero ponemos esfuerzo en todos los aspectos de ser una banda. Nuestro objetivo es probar que la música pop puede ser alternativa y emocionante. Con este disco, sé que podemos hacerlo”. Nada más que decir.
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